¿Hay manera de ganar la guerra contra los algoritmos?
Si alguien sabe, por favor cuénteme como. Quiero volver a ser la dueña absoluta de mi atención.
Esta semana pasé 5 horas y 25 minutos en promedio mirando la pantalla de mi celular. Según la notificación, esto fue 10% menor a mi promedio en semanas anteriores, y ese tiempo se fue, en su mayoría, en scrollear eternamente en Instagram, X y TikTok.
Qué puta mierda.

Todos los domingos recibo esa notificación semanal que me señala lo adicta que soy a la pantalla de mi celular. A estar conectada. A no perderme de nada. Y cada semana me pregunto por qué lo hago y me propongo a cambiar este comportamiento. Le pongo límite de tiempo a las aplicaciones (que ignoro a diario cuando salta la notificación avisándome que ya es hora de desconectarme), las elimino de mi pantalla de inicio, configuro el teléfono a escala de grises para no distraerme con los colores y desincentivar así mi conexión crónica. Nada funciona.
Cerrar todas mis redes sociales no es una opción para mí. Primero, porque mi empleo está directamente relacionado con la creación de contenido y moderación de comunidades digitales. Pero lo que más difícil se me hace es dejar “abandonado” todo lo que he logrado a través de Ficcioncitas, que es un proyecto que nació en las redes sociales, y gracias a ellas ha logrado crear una comunidad muy bella de personas amantes de la lectura, la escritura y de contar historias.
Instagram ha sido el canal más fructífero para este propósito. Es a través de esa aplicación que creé una audiencia con la que comencé a interactuar hasta pasar de tener “seguidores” a crear una comunidad creativa. He conocido a personas maravillosas que hoy llamo amigas, he conocido otros proyectos e iniciativas inspiradoras que han nutrido mucho a mi proyecto. He tenido un laboratorio personal para experimentar a mi gusto con los contenidos y los formatos, para luego aplicarlos en mi entorno profesional con éxito.
Sobre todo he podido construir mi “marca personal”, un concepto muy de esta época que me aterra un poco, pero que puedo decir con certeza que aplicarlo a mi vida y desarrollarlo me ha abierto muchas puertas. Tener un proyecto con una presencia digital sólida se ha convertido en mi mejor carta de presentación dentro del sector profesional en el que me muevo.
Eso me genera mucho conflicto, en especial porque quisiera desligarme de las dinámicas actuales en las que pareciera que nuestro valor como persona, o como profesional, se mide con base en el número de seguidores que tienes, o en la tasa de engagement que generas en tus canales digitales. Y aunque tiene sentido que en este momento en el que lo que prima es la economía de la atención se valore a quienes más ojos tienen encima, es muy desalentador sentir que todo lo que se hace está motivado por la tiranía del algoritmo, que parece indescifrable e imbatible.
Habitar las redes sociales se ha vuelto absolutamente desesperanzador.
¿Cómo estás llevando tu la relación con las redes sociales en este momento? Me encantaría que me compartieras tu experiencia
Aquí solo les conté de mi experiencia con Instagram. Ni hablar de Twitter, que se ha convertido en un foro incendiario que incentiva interacciones hostiles y violentas. Ni de TikTok, en donde encontramos contenido para todos los gustos pero que se nos presenta en un formato que está destrozando nuestra atención.
Soy consciente de todo esto, pero me es imposible romper estas dinámicas. Siento que he perdido la guerra contra los algoritmos. Que me están reteniendo contra mi voluntad. Que son sirenas que me llaman constantemente para mantenerme sumergida entre sus aguas mientras se deciden a devorarme.
Aquí entra a escena Substack, que se ha convertido en un rinconcito de internet en el que también paso más tiempo que el que quisiera, pero que no trabaja una lógica de producción de contenido inmediato, sino que nos invita a reposar un poco lo que tenemos por decir o compartir. Sigue siendo una red social, sigue requiriendo nuestra atención, pero algo de paz me da saber que lo que aquí consumo viene (espero) de las ganas de los creadores por conectar y abrir conversaciones con otros.
Al ser una red social también está un poco mediada por los números. Por los likes, comentarios y seguidores. Creo que ya nos es muy complicado desligar la medida del éxito de estos KPIs que nos botan las analytics de todas las plataformas a las que nos unimos. Pero hay algo en la idea de que alguien lea este texto de largo formato completo, se tome unos minutos para comentarlo y compartirlo, que me hace pensar que cada una de esos numeritos aquí son bien merecidos.
Escribí esta entrada motivada por una de esas cifras: esta carta le llegará a las 200 personas que se han suscrito a este boletín. 200 personas parecieran no ser muchas, si lo comparamos con los números absurdos que tienen celebridades e influencers en sus distintos canales. Pero 200 personas son muchísimas. Son 199 más que las personas a las que les permito leer mi diario, por ejemplo. Llenaríamos todas juntas una sala de cine, por ejemplo. O nos tomaría un poco más de cuatro años reunirnos semanalmente en la casa de cada uno de nosotros para compartir un café.
A esas 200 personas, gracias. En esta batalla por la atención y en contra del algoritmo, saber que les interesa lo que pienso, siento y tengo por decir me llena de alegría y motivación para seguir haciéndolo.
Y también me impulsa a comprometerme con ustedes a hacerlo más seguido. Mi gran problema con la creación es la consistencia. Hacerme a una rutina de escritura y publicación. Tendrá que ver con esa idea que me invade y que dice que lo que tengo por decir igual y no es tan importante, entonces mejor me lo guardo para mí solita. Ya no lo haré más, se los prometo. Mi compromiso con ustedes es que de ahora en adelante me tendrán al menos dos veces al mes en sus bandejas de entrada, con historias y reflexiones que espero resuenen con ustedes, y honren la confianza que han depositado en mí al suscribirse a este boletín.
¿Qué te gustaría ver en este boletín? Cuéntame en los comentarios. Prometo leerlos todos e intentar integrar tus sugerencias en los próximos envíos.
Llevo tiempo queriendo compartirles una curaduría de eventos culturales en Bogotá, y creo que este boletín es la mejor opción para hacerlo (y un motivo más para cumplir mi compromiso de publicar semanalmente). Así que sin más, les presento la sección Bogotaneando, una selección de 10 planes para hacer en la ciudad.
Bogotaneando
Lunes 18 a domingo 24 de noviembre
Del 20 al 30 de noviembre en la Cinemateca de Bogotá se llevará a cabo la 9ª Muestra Afro. Hay funciones con entrada libre hasta completar aforo
Celso Román conversará con Beatriz Helena Robledo y Juan Camilo González sobre La vorágine en la Librería Uniandes el miércoles 20 de noviembre
El miércoles 19 de noviembre Mónica Giraldo Castaño hablará sobre cómo la muerte es parte de la vida en Wilborada
El 21 de noviembre Laura Ubaté estará ofreciendo una Guía para crear y producir pódcast en Casa Diáspora. Quedan pocos cupos, el espacio tiene un costo de $200.000
Laura Acero y Yessica Chiquillo conversarán sobre su libro, Escarbar la herida, el jueves 21 de noviembre en Wilborada
Josué Cabrera conversará con Tania Ganitsky para presentar su libro, La visita de la mujer en llamas el jueves 21 de noviembre en La verbena
La presentación del libro rojo de Lina Botero, El oficio de desvestirse, el viernes 22 de noviembre en Ficciones
El viernes 22 de noviembre hay Miscelánea en El Quinto Pulgar, escuela y teatro de improvisación. La boleta cuesta $20.000
Ana Salazar y Ligia Trujillo conversarán sobre el libro Si te vas. Bitácora de un corazón roto en Santo y Seña (Chapinero) el sábado 23 de noviembre
Poéticas recobradas, presentación de fanzines y micrófono abierto en la Biblioteca Nacional el sábado 23 de noviembre
Y hablando de la Biblioteca Nacional, hay dos exposiciones preciosas abiertas al público: El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en “La vorágine” y Juguemos en el bosque: expedición por la literatura infantil y juvenil colombiana.
‼️ Ve marcando en tu agenda el sábado 30 de noviembre para reunirnos presencialmente en el Encuentro Ficcioncitas. Habrá anti club de lectura, intercambio de libros y sesión presencial de Primer borrador, el club de escritura de Ficcioncitas. En este enlace puedes añadir el evento a tu Google Calendar. El lugar aún no se ha definido, pero cuando lo haga actualizaré el evento.
¿Tienes algún otro evento recomendado para esta semana? Déjalo en los comentarios para que nos programemos 😊
Lo retorcido de todo lo que tiene que ver con nuestro consumo de redes sociales es que es una adicción pero es difícil plantearselo como tal porque es algo que demasiada gente tiene y en realidad, son pocos los que se lo cuestionan. No puedo dar consejos en dejar adicciones porque tengo varias que me cuesta mucho dejar, pero lo que sí sé es que como todo proceso de superarlas lo primero es ponerle el nombre que tiene. Otra cosa muy importante es hacerse consciente de en qué momento tienes el impulso de la adición, que está pasando ahí cuando el dedo sin darse cuenta está haciendo tap en una app, cuando una se da cuenta de los momentos donde caemos en eso quizás puede plantearse sustituir eso por otro hábito. Hay un tipo en Youtube que se llama Struthless que hizo un video sobre eso (creo que se llama things to do instead of doom scrolling) que me pareció muy pragmático para lidiar con eso, te lo recomiendo mucho porque habla de sustuir el impulso de la adición por algo más nutritivo.
A mí me tocó borrar Twitter e Instagram del celular, y bloquear las páginas en mi computador.
Me ha afectado profesionalmente.
Pero las redes son basura.
Gracias por la selección de eventos, no tengo dónde más enterarme.