El año en que aprendí a pensar en imágenes
Desarrollar el hábito del journaling desbloqueó una nueva forma de expresarme.
Si hoy te escribiera esta carta dejándome llevar por lo que estoy sintiendo en este momento, seguramente recibirías una carta motivada por la rabia, el miedo y la impotencia. He tenido unos días regulares. Malos. De esos que nublan el pensamiento y te hacen creer de que una serie de días de mierda son iguales a una vida de mierda.
Hoy no quiero dejar que esa sentir se cole en este espacio. Así que deliberadamente estoy haciendo el gran esfuerzo de pensar en otros temas más luminosos para compartir contigo. Mo para ignorar mi sombra, sino para no permitirle tomar más espacio del que se merece. Entonces, elegí escribirte sobre mi journal o bitácora. Mi objeto favorito en el mundo mundial, y que este último año me ha cambiado la vida.
¿Llevas una agenda o bitácora? Cuéntame en los comentarios cómo te relacionas con este objeto y cómo llegaste a este hábito. Me encantaría leerte :)
La compré el año pasado, el último día que pasé en Madrid. Es una Leuchtturm 1917, A5, vinotinto (viva magenta, más precisamente. El Pantone del año 2023 y que si miras con cuidado es el mismo color del logo de Ficcioncitas y los botones que ves aquí en mi página de Substack), 360 páginas, 100 gsm. La agenda perfecta.
Yo siempre he escrito en libretas, pero esta la compré con el objetivo de convertirla en un journal de esos que se ven en redes sociales. ¿Quería que fuera mi “querido diario”?, ¿un junk journal donde pegar todos los recibos, tarjeticas y volantes para recordar mis días de una manera más visual?, ¿usarla como un bullet journal para sistematizar y organizar mi vida análogamente? Un poquito de todo.
Quise hacer este ejercicio como una forma de apoyar mi hábito de escritura, pero con el tiempo le encontré una ventaja adicional: hacer journaling me está enseñando a pensar en imágenes, algo que hace años me era impensable.
Verán, yo tengo una manera de pensar que se apoya muchísimo en las palabras. En lo dicho y lo escrito. Si bien creo que he desarrollado un gusto y un sentido estético, y puedo entender los medios visuales, sorprenderme, asombrarme e impresionarme con ellos, dar el paso a la creación de productos visuales me es dificilísimo. Cuando comencé esta bitácora me propuse hacer el intento de hacer algo “bonito”, decorar las páginas, usar stickers y colores, dibujar, pegar cositas, permitirme hacer algo que se me dificulta, capaz y no me salga tan bien, pero que me divierta y se convierta en una salida creativa adicional.
Porque a veces las palabras se han quedan cortas.
A veces la página en blanco pesa mucho y me bloqueo antes de escribir la primera letra.
Pero una imagen, una composición de imágenes, también es un gran inicio para contar algo.
Y eso comencé a hacer.
El primer semestre del año escribí mucho. Cada sentada a escribir terminaba en 10, 15 páginas de pensamientos escritos en tinta. Luego vino la etapa de decorar las páginas. Un bordecito por aquí, una imagen relacionada por allá. Primero venía el texto y luego entraba la imagen. Hojeaba mis muchas revistas viejas buscando la imagen perfecta para complementar lo que estaba escribiendo.
Con el tiempo comenzó a llegarme primero la imagen, los elementos que quería incluir para pintar un cuadro. ¡Comencé a pensar en imágenes! Pasaba horas buscando recortes y componiendo el producto final, y luego minutos escribiendo para cumplirme a mí misma con el requerimiento de escribir, de trabajar con las palabras, que son mi materia prima.
A mi bitácora le quedan unas 5 páginas en blanco en las que no puedo trabajar porque ya está tan abultada que es difícil manipularla. O sea, ya terminé la bitácora. No va más. Pasó de ser mi compañera diaria a tener su lugar privilegiado en mis estantes. Estoy feliz por haberme comprometido a terminarla, por todo lo que este objeto me permitió explorar y desarrollar, porque amo cada una de sus páginas (por más que algunas me parecen muy feas).






Y bueno, ya es hora de comenzar una nueva. La tengo en casa, marcada, con stickers, esperándome en el escritorio. Esta nueva agenda la compré por Amazon, tiene 160 páginas, también es A5, 120gsm, es del color de Perry el Ornitorrinco. Pero me siento rara comenzándola. Esa primera página en blanco me está generando mucha ansiedad, especialmente porque decidí que esta nueva agenda esté destinada para jugar con imágenes, y que en cambio para escribir voy a utilizar una libretita tamaño pasaporte, que me cabe en los bolsillos y puedo llevarla a todas partes.
En esta nueva libretita ya he escrito unas 20 páginas, mayoritariamente en espacios públicos. La bitácora, en cambio, la estoy manteniendo en lo privado, en lo íntimo. Es que la escritura me llega siempre, en cualquier momento. En cambio las imágenes debo convocarlas, como en un ritual. El 2024 me ha dejado muchas cosas bonitas, entre ellas este nuevo hábito. Hoy, que estoy triste y cargada de emociones que normalmente catalogamos como negativas, voy a terminar de escribirte esta carta, prender la lámpara de mi estudio y crear algo.
Y me voy a divertir en el proceso ☺︎.
Bogotaneando
Eventos recomendados para la semana del lunes 25 de noviembre al domingo 01 de diciembre
El martes 26 de noviembre, en la Biblioteca Nacional, se presentará una adaptación teatral del cuento “Susana”, de Gabriela Arciniegas
También el martes, en el marco de Noviembre Independiente, habrá una charla entre Jael Stella Gómez y Marcela Escovar en La Verbena sobre cómo incentivar el hábito de la lectura en niños y niñas
El miércoles 27 de noviembre Andrea Mejía estará presentando su novela “La sed se va con el río” en Cooltivo libros
El jueves 28 de noviembre el Centro Nacional de las Artes organiza el evento “¡Abriendo el telón!”, la presentación de la guía para la prevención, atención y reparación de violencias de género en el sector de las artes escénicas y las artes vivas en la que vienen trabajando desde hace tiempo. Habrá intervenciones artísticas, shows de danza, performance y otras expresiones culturales. Las actividades son de entrada libre, pero debes inscribirte en este enlace.
También el jueves La Jaula Publicaciones presenta el libro “Algo hacen las manos”, de Sergio Román, en El cuarto plegable. El autor conversará con Juan Afanador Villareal
El viernes 29 de noviembre Juliana Muñoz Toro estará en Casa Tomada contándonos, en una charla de Creative Mornings, sobre su trabajo con el texto y los textiles. Es un evento de entrada libre pero debes inscribirte aquí
Y para los más chiquis, el sábado 30 de noviembre se hará un taller de animación para niños y niñas en el CEFE Chapinero. Este evento se hace en el marco del festival Gente Convergente
Del 27 de noviembre al 1 de diciembre el Planetario de Bogotá será sede de dos festivales que combinan arte y tecnología: Domo Lleno y RealMix 0.4. La programación incluye proyecciones audiovisuales interactivas e inmersivas
El 26, 27, 28 y 30 de noviembre la Cinemateca de Bogotá está ofreciendo funciones de “La red”, una película del director colombiano Juan David Cortés y que celebra la existencia, trayectoria y logros de la Red Comunitaria Trans. Hay entradas desde $6.000 y puedes comprarlas aquí.
Y bueno, el 30 de noviembre nos encontraremos en el CEFE Chapinero para hacer el Encuentro Ficcioncitas. La idea es que podamos compartir una tarde divertida, conversando sobre lo que nos apasiona, haciendo ejercicios que detonen nuestra creatividad y conectando con otras personas de esta comunidad. Si tienes alguna pregunta sobre el encuentro, escríbeme un mensajito y charlamos 💌. En este enlace puedes añadir el evento a tu Google Calendar.
Ya casi nos despedimos. Solo quiero dejar por aquí una nueva sección (¡perdón! Cada semana me invento una nueva, pero este espacio sigue en experimentación) para recomendarte cosas que me han gustado esta semana. Aún no sé cómo llamarle, pero si se te ocurre algún nombre interesante, déjamelo en los comentarios.
🎧 Estuve escuchando La fucking condición humana. Me enganché con la serie de episodios llamada “La madriguera de la atención”, que tiene todo que ver con lo que te conté la semana pasada sobre mi relación actual con las redes sociales.
🎬 Me vi “We live in time”. Me gustó muchísimo. Hace rato no veía una película en la que la química entre sus protagonistas fuera tan palpable. Además tiene una de las escenas simbólicas más bellas que he visto en mucho tiempo. Si ya la viste, cuéntame qué tal te pareció.
📖 Estoy leyendo “El oficio de desvestirse” de Lina Botero, y lo alterno con “El corazón del daño” de María Negroni. Hay mucha poesía en mis lecturas actuales. Los estoy disfrutando bastante.
🥘 Nunca me imaginé recomendarte un restaurante, dada la relación extraña que tengo con la comida (y que da para una carta nueva), pero para celebrar el cumpleaños de mi mamá la llevamos a un restaurante de comida del pacífico que se llama Rey Guerrero. Me comí el arroz más delicioso que me he comido en mucho tiempo.
Ahora sí, ¡chao! Gracias por leerme una vez más. Espero que tengas una semana maravillosa y que nos veamos el sábado en el encuentro Ficcioncitas ♥︎.
Hola, Vanessa, me encantó leerte. Yo aún sigo en ese proceso de "adornar" lo que voy escribiendo. Hay días que son muy fáciles y pongo stickers, sellos o cualquier cosa, pero hay otros en que no pongo atención ni cuidado a esos detalles. Lo que sí me encanta hacer es escribir con mis plumas de gel y elegir un color diferente cada día, dependiendo de cómo me siento. Me da mucha satisfacción hacer eso
Me gustó mucho tu post y tus agendas (yo uso Moleskines). Ese color de la nueva está bellísimo. Estos últimos meses he perdido el hábito. Un poco porque la estructura del BuJo terminó siendo estrecha para mi. No lo sé, suelo escribir en palabras, más que en imágenes. Me pusiste a pensar.
Y si, We live in time. Bellísima. Me encantó y sacó varias lágrimas.